Según la marca, en 1956 nace Cezar Bronner, pero en 1996 Eugenio A. Bronner funda la casa de cigarros en honor a su padre, o al menos asumo que es su padre. El hecho es que la marca es fundada junto con la experiencia y calidad de la Tabacalera Palma, donde también hacen La GaleraLa Instructora y Aging Room, entre otros. Además, bajo la supervisión de Jochy Blanco. Sobre el cigarro en sí, lo que sé es que la capa es San Andrés mexicana sobre tabacos dominicanos, pero en internet no hay mucha más información. Sin embargo, pareciera que estos cigarros son hechos principalmente para el mercado europeo, pues es en páginas del otro lado del charco que he conseguido más información.

Cezar Bronner - 1956 Cabinet Selection 01

Aunque la apariencia del cigarro es bastante rústica, la verdad es que la anilla le aporta una seriedad bastante notable, al igual que la experticia con la que está construido, que hace que el cigarro se sienta perfecto entre los dedos. En la capa se aprecian aromas muy agradables de pasas, chocolate y una sensación herbácea como de menta. En la tripa, aunque tiene un cepo de 44, se aprecian aromas de cuero y pasas, y finalmente al picarlo se aprecian sabores especiados, a madera y a pimienta en la calada en frío. El otro día hablaba con un experto en el tabaco y me decía que ese aroma a pasas es el más básico del tabaco, que cuando el master blender compra tabaco lo reconoce de tan solo olerlo y es siempre una variación de un olor a pasas.

Cezar Bronner - 1956 Cabinet Selection 02

El tiro del Cezar Bronner 1956 es ideal, ni muy suelto ni muy apretado, y el cigarro comienza con un fuerte componente de pimienta, lo cual es inesperado, especialmente siendo un cigarro de origen dominicano. Aunque la pimienta es el sabor dominante, no es el único que se aprecia y le acompañan sabores a nueces y un retrogusto de pimienta y cuero. Sin duda el cigarro comienza bastante fuerte, aunque esa fuerza es por la pimienta, pero espero tenga mejores matices después.

Cezar Bronner - 1956 Cabinet Selection 03

En tan solo 15 minutos alcanzo el final del primer tercio, y siendo un corona, quizá no sea inesperado que se fume rápido, pero sí lo es cuando las velocidades de quemado varían y a partir del final del primer tercio el cigarro comenzó a quemar mucho más lento. Durante el primer tercio los sabores se sienten un poco alejados de los aromas en frío, aunque hubo otros que incluían canela, pan y nueces, mientras que en el retrogusto los sabores han sido de pimienta y cuero, con pocos matices adicionales.

Cezar Bronner - 1956 Cabinet Selection 04

Para el segundo tercio impresiona que la ceniza se aguante durante tanto tiempo, especialmente siendo un cigarro con cepo tan delgado, pero también llama la atención que quema mucho más lento y que tiene mucho más sabor, incluyendo nuez moscada, pimienta, pan y un sabor tenue al principio y más fuerte hacia la mitad del cigarro de chocolate, pero más como el típico chocolate en polvo de repostería, que no tiene componente azucarado, sino que se siente leve en la nariz y en la lengua. En el retrogusto el cuero parece haber desaparecido, por lo que es pura pimienta aunque, afortunadamente, no tan fuerte.

Cezar Bronner - 1956 Cabinet Selection 05

Para la mitad del Cezar Bronner el sabor de chocolate ya no es tenue ni escaso, sino que se siente como si metieras la mano en un bowl de chocolate líquido muy denso, la sacaras trataras de meterla en tu boca, pero no tienes éxito así que te embadurnas la cara, la boca y hasta el pelo. También hay sabores de pimienta y nuez moscada, en menor cantidad, pero quizá porque llegar a estos niveles de chocolate solo sería posible si ningún otro sabor estuviera a esa misma intensidad.

Cezar Bronner - 1956 Cabinet Selection 06

Finalmente, en el último tercio y después de exactamente una hora fumando, el Cezar Bronner sigue produciendo una buena cantidad de sabor a chocolate, pero esta vez hay otros sabores con alta intensidad, no al nivel del chocolate, pero sí van en ascenso, entre los que incluyen la pimienta y nuez moscada del tercio anterior, pero también aparece un sabor dulce de caramelo y de vainilla muy agradables, que realzan el resto de los sabores y le dan una dimensión parecida al toffee que acompaña el chocolate. El cigarro sigue quemando muy parejo y muy bien, hasta que finalmente me quema los dedos.

El Cezar Bronner 1956 me sorprendió muy gratamente. No sabía qué esperar de él, pero sí recuerdo que en la tienda Cigar Market me lo recomendaron ampliamente, al punto que me compré el corona (este) y el lancero. Por lo que he podido ver en internet, al parecer son cigarros relativamente diferentes y siendo este un corona, estaba bastante fuerte y lleno de sabores, por lo que espero que el lancero sea una verdadera bomba y no puedo esperar para fumarlo. Sin embargo, este cigarro también marca el cierre de esas experiencias de los cigarros comprados en Santo Domingo, de la que solamente queda el lancero que acabo de mencionar. La experiencia ha sido bastante gratificante y no puedo esperar a regresar para probar más.

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